¿Por qué unas personas pueden superar una situación y en cambio otras personas no pueden superar esa misma situación al mismo tiempo?
Algunas veces solemos tener cierta dificultad para solucionar algo que representa un conflicto en nuestra vida cotidiana, dicho problema es algo con lo que hemos tenido que lidiar durante un tiempo, este conflicto no nos permite avanzar en nuestra vida y en ocasiones lo desplazamos como poco prioritario pensando que esta será la solución. Consideremos un ejemplo, la complicación para poder hablar en público, que no nos permite hablar frente a nuestros compañeros y compañeras de trabajo mientras participamos en una junta, esta complicación puede generarnos nervios al hablar, haciendo que olvidemos lo que íbamos a decir, que se nos note despistados e inseguros, además de que no logremos comunicar lo que nos corresponde informar a nuestro equipo de trabajo.
En algunas ocasiones, cuando tenemos cierta dificultad, se puede presentar el caso que haya una persona que participe en el aspecto donde se manifiesta nuestra complicación, como el trabajo, esta persona en cambio es capaz de dominar su dialogo frente a las personas, es segura, se le nota confiada en cada oración que elabora, es claro y en ningún momento estuvo nervioso.
Este contexto nos puede servir para ilustrar como identificamos que algo que representa una dificultad para nosotros, sea una facilidad para otra persona, además de la respuesta emocional que este suceso puede ocasionar, también hay que dar prioridad a la posible pregunta ¿cómo es posible que esa persona puede tener una facilidad para hablar en público y yo no la tenga?
En clave mencionar hasta este punto que con la interacción en un aspecto de nuestra vida hemos podemos identificar que hay algo en nosotros que es justo de cambiar y de analizar, no es preciso descubrir cómo ha logrado la otra persona dominar algo que para nosotros es altamente complicado, sino que el análisis debe de apuntar hacia nosotros mismos. La parte cotidiana de nuestra vida nos lleva a tener experiencias en amplios aspectos de nuestra vida como bien lo puede ser lo familiar, lo social, lo laboral o lo educativo. Cada experiencia que hemos tenido en cada aspecto ha generado un aprendizaje que profundiza en nuestra conducta, influye en la manera en que decidimos comportarnos; por lo cual es preciso considerar que las experiencias que tú tienes, permiten que logres o no, cumplir con alguna capacidad o habilidad. Las experiencias intervienen entre sí, así como también lo hacen los pensamientos, ya que cada pensamiento que solemos tener puede tener una relación con otro tipo de pensamientos que se le asemejen y den explicación a una estructura o constructo de pensamientos.
Retomando el ejemplo, cuando es tu turno para hablar, puedes iniciar un tanto confiado de lo que vas a decir, pero a medida que inicias a hablar notas que algún integrante no te presta atención, lo cual te podría hacer pensar que no estas logrando captar la atención, posteriormente sigues hablando y tienes una equivocación con los términos que utilizas, esto podría causar que pienses que no eres capaz de hablar frente a las personas por que no logras recordar los temas de los que tienes que hablar… Estos pensamientos que surgen a partir de la interacción que tienes en el aspecto laboral, pueden fortalecer la idea que tienes de no poder hablar en público, esta experiencia en si misma puede llegar a traumatizarte emocionalmente e inhibir tu interés y motivación para querer hablar en público. Así es como puede que esta idea, se mantenga arraigada en nuestra mente e inclusive nos generé temor el querer hacer algo al respecto para superar algo que nos ha lastimado en nuestra vida.
Es aquí donde me permito mencionar el concepto de la Resiliencia, una investigadora que aportó a la comunidad sus descubrimientos fue Emmy Werner, quién estudió la influencia que ejercen los factores de riesgo en los procesos del modo de vida de las personas, ya que los factores pueden representar una exposición a peligros de desarrollo psicológicos, una dinámica familiar violenta y despreciativa, un ambiente escolar con hostigamiento, trabajos en donde se da el acoso, entre otros tipos de factores. Las adversidades pueden estar presentes en diferentes ámbitos de nuestra vida, puede que en unas personas si estén activos pero puede que en otras personas no lo estén, así como también puede que un riesgo enfrentado no haya representado complicación alguna para una persona, además, que como la mayoría de los abordajes de la perspectiva psicológica, no es prudente decir que un factor de riesgo afectará a todas las personas de la misma manera, inclusive es atrevido creer que un factor de riesgo represente un peligro para “todas las personas”.
¿Qué es la Resiliencia entonces?
Podemos considerar la definición de Boris Cyrulnik, quien mencionó que “es la capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida, transformar el dolor en fuerza motora para fortalecerse y salir fortalecido de ellas.”
Una vez un colega mío me compartió una reflexión practica sobre la resiliencia, la cual quisiera compartir contigo:
Imagina que estamos tú y yo sentados frente a frente, yo te muestro un billete de $500 (quizá sea una mínima cantidad, pero a quien no le caerían mal unos quinientos pesos), te pregunto que si los quieres, a lo que respondes que sí; procedo a doblar el billete en varias ocasiones, te lo muestro y te vuelvo a preguntar si lo quieres, a lo que respondes que sí, luego tomó el billete y lo piso, le hecho arena encima, le soplo y le golpe, procedo a preguntarte una última vez si quieres este billete, a lo que respondes que si (todo esto en un caso hipotético), ahora yo te pregunto, ¿Por qué quieres el billete si ha sido maltratado y despreciado por mí? A lo que podrías responder que a pesar de que el billete haya sido maltratado, sigue teniendo el mismo valor, a pesar del daño que ha recibido, tiene el mismo, a pesar de las adversidades, sigue teniendo el mismo valor.
La reflexión que me brindó mi colega alude que al ser personas que interaccionan con la sociedad, podemos resultar dañados, se nos puede despreciar y devaluar en cuanto a nuestros conocimiento y habilidades, pero a pesar de las múltiples afectaciones que podemos llegar a tener, nuestra capacidad nos permitirá supera tales experiencias y fortalecernos en los aspectos que hemos sido dañados, ya que al realizar un analizar sobre la situación, podremos prepararnos para evitar que un suceso similar se pueda dar en nosotros, además de poder controlar el impacto emocional que genera una situación de forma que podamos mantener nuestra estabilidad.
Tiempo después visualice esta misma parábola, de forma dramatiza en una serie de una plataforma de streaming, mencionó esto último a causa de que no aludo el mérito de la creación de esta reflexión a mi colega, dado que surgió de alguien más realmente, pero creo digno darle el respeto y merito a mi colega por haberme ilustrado con esta reflexión.
La idea de la resiliencia puede llegar a ser rechazada al considerar una experiencia donde el trauma haya surgido por un suceso altamente grave que haya afectado nuestra salud física y emocional. Hay que destacar que las experiencias traumatizadas pueden ser superadas cuando se trabajan oportunamente y de forma acertada, logrando un cambio progresivo que se base en un tratamiento profesional y con la preparación idónea, así como también hay que mencionar que cada persona tiene su propio ritmo para lograr sus avances rumbo al cambio que se ha propuesto.
Sobre la resiliencia hay que distinguir que no es una herramienta “mágica” que podrá permitirnos lograr un cambio de forma instantánea. La resiliencia es una actitud que podemos adoptar en el proceso para superar una experiencia traumática, a su vez esta actitud se tornará como una capacidad, es decir, que al principio podemos tener la disposición de afrontar una adversidad en nuestra vida para sacar provecho de ella y lograr anteponernos ante esta dificultad y así, fortalecernos, pero el proceso para lograrlo conlleva un análisis en nuestras experiencias para lograr abordar la experiencia que inició nuestra complicación, así como también volver a estructurar los pensamientos que teníamos “muy fijos” sobre nuestra incapacidad, de una forma que nos permitan establecer un pensamiento que en lugar de conducirnos a la represión, pueda conducirnos a la realización de lo que nos hemos planteado, superando las limitados que antes consideramos exhaustivas de remediar.
El análisis puede resultar temeroso, ¿cuántas veces hemos dejado para “después” ese cambio que consideramos necesario?, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que no te animas a afrontar eso que tanto te inquieta?, te has interesado en cambiar, ¿pero en el inicio del proceso decides no continuar?
¿De qué está conformada la resiliencia?
La resiliencia está compuesta por factores que determinan la posibilidad de que las personas puedan fortalecerse para afrontar una adversidad.
La autoestima o el concepto que tienes sobre ti, influyen en tu capacidad para afrontar, ya que tu propio concepto es el que determinará la posición y la actitud que tomarás ante la adversidad, retomemos el ejemplo para ilustrar este punto con una breve cuestión, si la persona se ha propuesto lograr hablar en público, ha asumido la disposición para cambiar algo, pero, si esta persona continua despreciándose a sí misma, si su motivación es escasa, si al mínimo error cree que ya no podrá cambiar, ¿crees que sea capaz de hablar en público? Estas conductas hacia sí misma, harán que el desarrollo del cambio que se ha propuesto, sean obstaculizadas, ya que no podrá avanzar sin antes haber retrocedido con estas ideas que posee y que limitan el cambio. Por lo que la autoestima indican un rol relevante para afrontar la adversidad, ya que el concepto que tengas sobre ti, te podrá ayudar a continuar en el proceso; qué tal si en lugar de despreciarse a sí misma, la persona dice “no pude lograr hablar en público en mi primer intento, pero pude pararme frente a los demás y controlar mis nervios, para lograr lo que me he propuesto, tengo que mejorar en otros aspectos”, en lugar de despreciarse, la persona estará valorando el esfuerzo que ha tenido y se ha propuesto enfocarse en otro aspecto para lograr el cambio que ha visualizado. Si al cometer un error, la persona dice “me he equivocado, pero este resultado inequívoco lo tendré presente para no volverlo a repetir y para ello analizaré que fue lo que hice para no conseguirlo”. La autoestima podrá determinar la disposición que adoptemos para el cambio.
La introspección trata sobre observar la consciencia y el estado de ánimo propio, lo cual se logra al analizar las conductas que llevamos a cabo en los entornos en los que participamos, así como también los cambios que tiene nuestro estado de ánimo, mantener un análisis constante sobre estos dos aspectos nos permitirá identificar que conductas o emociones son las que necesitamos abordar. Si logramos identificar ante que estimulo estamos reaccionando, podremos tener presente ante que estímulo especifico es al que reaccionamos de cierta forma, por lo que tenerlo presente nos permitirá considerar de qué forma reaccionar y que ideas establecer al enfrentarnos de nuevo ante el factor que nos perjudica. Si la persona ha vuelto a recibir una falta de atención, pensar que no logra expresarse de forma que logren captarlo, no le servirá para logar el cambio que se ha propuesto, en cambio, si al notar tal estimulo realiza algo, que ya se había propuesto intentar para lograr obtener la atención, como hablar de forma segura, tener presente la información que dirá, ser objetivo y claro en lo que dice, entonces no solamente estará logrando impactar en sí mismo con tal conducta, sino que también podrá trascender en su entorno. Pero esto lo podrá lograr si dedica tiempo para realizar una introspección sobre lo que le ha perjudicado.
La independencia se refiere a lograr establecer un límite entre uno mismo y el entorno que nos genera problemas, aunque participemos en un aspecto de nuestra vida, la dinámica que este posee no tiene por qué definirnos a nosotros, aunque nos generé conflictos, estos conflictos nos indican un cambio que podemos establecer en nosotros, en cuanto a la forma en que reaccionamos ante la situación y tomamos decisión de cómo afrontar el entorno dañino. La independencia nos permitirá separarnos del entorno para trabajar individualmente lo que necesitamos para cambiar.
Es relevante tener la capacidad de relacionarse, ya que en la interacción es como podemos notar como nos comportamos con los demás y en diferentes entornos. Relacionarnos nos permitirá explorar las capacidades que tengamos para comportarnos ante las adversidades de diferentes ámbitos y con ello, identificar que posibles cambios sean necesarios de llevar a cabo. Aislarse y limitarse a una convivencia muy escasa puede hacer que no descubramos como nos desenvolvemos en los entornos. A partir de esta capacidad podremos plantearnos sobre que conductas será necesario realizar una introspección.
También es necesario contar con la iniciativa para exigirse de una forma prudente para lograr el cambio que hemos considerado, esta disposición nos llevará a iniciarnos en el proceso del cambio, ya que, si seguimos desplazando el inicio, podrá pasar tiempo y con ello, con lo que lidiamos podrá aumentar en su gravedad, por lo que es recomendable asumir la iniciativa comenzar a exigirnos los cambios que necesitamos, uno a uno.
En el desarrollo del proceso del cambio también será necesario utilizar la creatividad para establecer un orden y una finalidad de lo caótico que nos ha sucedido. La persona que teme hablar en público tiene antecedentes que influyen en esto, se pueden relacionar con experiencias desagradables, por ejemplo, puede que en tuvo una experiencia en la que intento hablar en público, pero fue ridiculizado por sus compañeros por trabarse en una oración, este parte de la experiencia puede estar presente aún tiempo después e influir al grado que se paralice con tal de evitar que la ridiculización vuelva a suceder. Pero utilizando la creatividad ante esta situación puede que la persona logre anteponerse a la idea de que volverá a tener el mismo resultado, preparándose adecuadamente y alejando la idea que las burlas pueden afectarle, ser creativo significará poder crear ideas para enfrentarse al evento perturbador.
Al realizar un cambio que nos hemos propuesto hay que considerar que este proceso no llegue a impactar desfavorablemente a otras personas, ya que si no distinguimos entre lo que puede dañar a las personas a partir de lo que hagamos, puede que realicemos conductas egoístas que desde nuestra perspectiva nos den un cambio, pero que al realizarse terminen dañando a otras personas. Imagínate que mientras estás hablando en público alguien te interrumpe para preguntar algo sobre el tema y tu reaccionas de forma grosera y le dices que se calle de forma inmediata. Esto no implicaría el cambio que estas tratando de conseguir, ya que, dañando a las demás personas, no lograrás tener un cambio. Puede que la perspectiva que estas adoptando te haga creer que no debes de permitir que te interrumpan para así no olvidar lo que vas a decir, por lo que sería prudente responder a la pregunta que te han planteado; a este aspecto se le considera como moralidad.
¿Cómo afrontar el desafío de superar un evento traumático?
La resiliencia nos orilla a desarrollar un pensamiento crítico, ya que esta forma de pensar nos permitirá analizar de una forma critica las causas y consecuencias de las conductas que hemos identificado como necesarias de cambiar o manejar. A medida que analizamos lo que es necesario reflexionar sobre cada estimulo, sobre las características del entorno, sobre la forma en la que actuamos y lo que sentimos, el análisis requerirá tener opiniones criticas de nuestra parte, en donde nos enfoquemos a cuestionar la forma en que se realiza nuestra conducta y la manera en la que llegamos a formular un pensamiento, esto con la intención de criticar para cambiar.
En ocasiones tenemos una idea, una forma de pensar muy establecida, que no queremos si quiera mencionarla, porque así queremos que se quede, pero el pensamiento crítico nos permite analizar de una manera neutral, dándole su lugar a lo que hemos pensado, pero aceptando que puede ser cuestionado, no para cambiarlo radicalmente, sino afirmar si es necesario hacerlo y posteriormente iniciarse en el proceso del cambio.
Las experiencias traumáticas que se suscitan en nuestra vida pueden perdurar con el tiempo, pueden impactar en un aspecto de nuestra vida y también pueden ampliar el espectro del daño que causan en nosotros. Por lo que el desafío comienza en aceptar la necesidad y disponer de la voluntad para afrontar aquello que nos afecta vitalmente. Si desplazamos la prioridad que le hemos dado a solucionar un conflicto, este no se erradicará por sí solo, si no que se estará reprimiendo con la oportunidad de volver a manifestarse ante un estímulo asociado, por lo que en lugar de evitar los estímulos que ocasionan el desencadenamiento, es recomendable realizar un análisis que nos permita establecer los cambios necesarios de adoptar para superar la experiencia traumática y sucesos próximos en nuestra vida que puedan asemejársele, para así tener la fortaleza y la capacidad de trasformar aquello que nos ha traumatizado en un suceso corriente, que no pueda influir en nuestro comportamiento y tampoco dirigir la forma en la que actuamos, sino que podamos actuar de una forma consciente, con la capacidad de afrontar la adversidad y superar aquello que creíamos poco probable.
Referencias:
Becoña, El. (2006). Resiliencia: definición, características y utilidad del concepto. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica. Vol. 11 (3), 125 – 146.
Cabanyes, J. (2010). Resiliencia: una aproximación al concepto. Revista de Psiquiatría y Salud Mental. Vol. 3 (4), 145 – 151.
Fernández de Araujo, L. & De la Paz, M. (2015). Resiliencia en adultos: una revisión teórica. Terapia psicológica. Vol. 33 (3), 257 – 276.
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